La tensión ejerce un
efecto negativo en nuestras vidas y puede producir daños tanto a nivel físico
como mental, hasta tal punto, que nos puede impedir disfrutar y adaptarnos a
las distintas situaciones. No obstante, podemos aprender a reducir nuestros
niveles de tensión a través de diversas técnicas o procedimientos, entre los
que se encuentra la expresión corporal.
A través de la expresión
corporal tomamos conciencia del propio cuerpo, nos relacionamos con el medio
físico y social, así como estructuramos el espacio-temporal de dichas
relaciones. Al expresar nuestras emociones a través del cuerpo, lo que sucede
en nosotros mismos se hace consciente al sentirlo y expresarlo corporalmente,
somos conscientes de lo que sentimos, pero sin juzgarlo, exteriorizamos
nuestros sentimientos con total aceptación, aliviamos el estrés y nos acercamos
a lo que identificamos como libertad, lo que provoca que nuestros músculos se
relajen y liberen toda la tensión acumulada.
La expresión corporal es
una de las mejores formas de saber como reacciona nuestro cuerpo, esta presente
en nuestra vida más de lo que pensamos, la utilizamos cada día para hacer
públicas nuestras emociones, miedo, afectos...etc., y que duda cabe que
expresar correctamente e identificar correctamente lo que los demás nos
expresan ayuda a crear relaciones
sociales óptimas y duraderas, lo que convierte a la expresión corporal
en una herramienta extraordinaria para la comunicación. Especialmente
beneficiosa en enfermos con dolor crónico por su capacidad para reducir la
percepción del dolor, personas introvertidas, demasiado encerradas en si mismas
y con problemas para identificar y expresar sentimientos, y en general para
todo aquél que busque relajarse,
desconectar y conocerse más a todos los niveles.
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