La música es
esencialmente una experiencia emocional
y puede ser tan amplia y variada en sus contenidos como las propias
emociones humanas.
Existen tendencias
reprimidas en el subconsciente que sólo afloran al plano de la conciencia a
través de simbolizaciones, de disfraces que NO hacen sentir culpables a las
personas. El mejor método es la música. Esta puede sugerir sentimientos e ideas
sin necesidad de palabras, porque es un tipo de lenguaje alógico, propio del
niño pequeño, del hombre primitivo, es un reencuentro con lo ancestral. Es
considerada como un lenguaje emocional capaz de alcanzar regiones de la psiquis
que estan procesando información que la persona no se comunica a si misma.
La música se puede
utilizar como herramienta complementadora de la terapia, o como herramienta
principal de la terapia, en el segundo caso estaríamos hablando de
musicoterapia. La musicoterapia es la utilización de la música y/o sus
elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta calificado,
con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover
comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros
objetivos terapeúticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas,
psíquicas, sociales y cognitivas.
La música no sólo puede
cambiar el matabolismo, afectar a la energía muscular, subir o bajar la presión
sanguínea e influir en la digestión, es capaz de hacer todas estas cosas con
mayor éxito que cualquier otro estímulo (David Tame, "El poder secreto de
la música"). Puede aplicarse para reducir el estrés, aliviar el dolor,
expresar sentimientos, mejorar la memoria y la comunicación, incentivar la
rehabilitación física, etc.
El uso de la música como
distracción positiva y alivio sintomático, ha sido utilizado ampliamente en las
unidades de cuidados intensivos de los hospitales, a la vez que se utiliza en
la medicina paliativa como apoyo en la fase final de la vida. Utilizada en
terapia grupal los pacientes desarrollan
una mayor conciencia de sí mismos en relación con los demás, activando una
mayor autoestima y confianza para establecer relaciones y encontrar formas de
dar a conocer sus necesidades. Sin duda
alguna, la música consigue abrir la puerta que conduce al mundo emocional, y
hay quien incluso se atreve a decir que la del alma.
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