"Un hombre que cultiva su jardín, como quería
Voltaire. El que agradece que en la tierra haya música. El que descubre
con placer una etimología. Dos empleados que en un café del Sur juegan
un silencioso ajedrez. El ceramista que premedita un
color y una forma. El tipógrafo que compone bien esta página, que tal
vez no le agrada. Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de
cierto canto. El que acaricia a un animal dormido. El que justifica o
quiere justificar un mal que le han hecho./ El que agradece que en la
tierra haya Stevenson. El que prefiere que los otros tengan razón. Esas
personas, que se ignoran, están salvando el mundo."
Jorge Luis Borges
martes, 29 de enero de 2013
martes, 15 de enero de 2013
TERAPIA DE PAREJA. PUNTO DE ENCUENTRO PARA EL DIÁLOGO Y EL ENTENDIMIENTO.
Cuando una pareja asiste
a terapia, llega con dos ideas erróneas preconcebidas. Una de ellas es que la
terapia no servirá para nada y la otra que el terapeuta les aconsejará la
separación si su situación es tan conflictiva. Nada más lejos de la realidad.
La función del psicólogo es la de mediar y conciliar en un intento de recuperar
el diálogo que en la mayoría de los casos se ha perdido. Lanza dudas,
interrogantes, alternativas, posibilidades,
provocando así la reflexión tanto a nivel personal como de pareja.
La palabra ruptura no
aparece, o si lo hace se contempla como última alternativa, sin embargo, si se
habla de recuperación, como un acto de responsabilidad en la que ambos miembros
se deben implicar. En este proceso la labor del psicólogo es la de orientar y
reconducir, pero nunca dirigir, y mucho menos decidir, las decisiones solo
pueden provenir de la pareja.
Es curioso ver como a
medida que avanza la terapia muchas personas manifiestan que no conocían a su
pareja, y no es extraño, cuando falla la comunicación nos formamos concepciones
equivocadas de lo que hay en la mente del "otro", concepciones que
nos predisponen para rechazar todo lo demás. Cuando se consigue que el diálogo
fluya, además de proporcionar una descarga de tensión, éste facilita el
descubrimiento de esas partes perdidas que en la mayoría de los casos nos
devuelve una imagen mucho más positiva de esa persona con la que un día
emprendimos un proyecto común.
La terapia de pareja no
siempre consigue salvar la relación, pero desde luego si propicia la
comunicación, el entendimiento, y en caso de ruptura conservar una buena relación que en muchos
casos se transforma en una amistad
duradera, y eso, sobre todo cuando hay hijos de por medio, ya se puede
considerar una gran victoria.
lunes, 14 de enero de 2013
TRASTORNO OBSESIVO COMPULSIVO EN NIÑOS.
El TOC es un trastorno de ansiedad caracterizado por la presencia de obsesiones y compulsiones que el niño no puede controlar.
Obsesiones. Son pensamientos,
ideas, deseos, impulsos o preocupaciones intrusivas e indeseadas que surgen en
la mente de una persona de manera reiterada. A menudo las obsesiones no tienen
sentido y son desagradables o incluso repugnantes. La persona debe intentar ignorar
o reprimir estas obsesiones o neutralizarlas con algún otro pensamiento o
acción. La persona que sufre de TOC reconoce que estos pensamientos surgen en
su propia mente y que no son una intrusión psicótica. Algunas obsesiones
comunes son: impulsos reiterados para matar a un familiar querido;
preocupaciones incesantes sobre la suciedad, los gérmenes, la contaminación, la
religión; pensamientos recurrentes sobre algo que no se realizó correctamente;
sentimiento de que ciertas cosas deben estar siempre en ciertos lugares,
posiciones u orden; pensamientos sobre palabras, sonidos, números o imágenes
sin sentido. Para algunos niños, la cavilación y los rituales excesivos son el
resultado de sus esfuerzos por imponer orden en los sentimientos internos de
ansiedad y confusión.
Compulsiones. Son conductas
reiteradas sin sentido que generalmente se producen en respuesta a una
obsesión. La conducta es un intento por neutralizar o evitar un hecho,
situación o pensamiento temido. Una persona puede o no reconocer que la
conducta es obsesiva o irracional. Algunas compulsiones comunes son: lavarse
las manos, ducharse y controlar los cajones y cerraduras de manera excesiva.
Las conductas reiteradas pueden incluir vestirse y desvestirse, amontonar
objetos, tratar de asegurarse de que algo sucedió o no. Los síntomas pueden
incrementarse y reducirse. A menudo no hay una relación lógica entre la
obsesión o compulsión y los miedos que supuestamente deben contrarrestar. En
vez de reducir la ansiedad, las obsesiones y compulsiones generalmente la
incrementan.
Para un diagnóstico del
TOC, las obsesiones y compulsiones deben ser lo suficientemente graves como
para consumir tiempo o causar un marcado estrés o un deterioro significativo.
En los adultos, en algún momento durante el curso del trastorno, la persona
reconoce que las obsesiones o compulsiones son excesivas o irracionales. Esto
no siempre se aplica a los niños, ya que algunos todavía no cuentan con las
habilidades cognitivas necesarias para emitir este juicio.
Las compulsiones pueden
ser externas o encubiertas, en el primer caso serían acciones que se realizan
de manera reiterada para apartar los pensamientos no deseados, en la forma
encubierta la manera de contrarrestar estos `pensamientos no deseados sería con otros pensamientos, con lo cual en
niños hay que tener una especial atención con este tipo de compulsiones porque
sería poco evidente el trastorno ya que no se manifiesta a través de un
comportamiento extraño, debemos estar atentos a otros síntomas de alerta como pueden ser dolores
de cabeza, dolores repetidos de estómago, inquietud, dificultad para dormir,
tristeza…etc.
El tratamiento mas efectivo es la combinación de terapia cognitivo-conductual y medicamentos, pero sin duda, detectarlo en sus inicios es lo que consigue controlardo con más facilidad.
domingo, 6 de enero de 2013
LA RISA COMO TERAPIA.
En la década de los 70 Patch Adams hizo reír a miles de niños enfermos en los Estados Unidos con excelentes resultados.
El creía que la risa
podía curar o al menos aliviar los males de los que padecían, y así fue. Ya han
pasado algunas décadas y los preceptos de Patch Adams se siguen utilizando.
Se han formado
organizaciones como “Payasos sin Fronteras” que viajan por el mundo haciendo
reír a la gente que más lo necesita, que han pasado por una tragedia o sufren
enfermedades mortales. Hoy más que nunca es preciso reír, cuando las personas
han endurecido sus rostros y parecen haber dejado muy atrás la alegría de
vivir.
El mismo Sigmud Freud
reconoció los beneficios que aporta la risa, ya que le atribuyó el poder de
liberar al organismo de energía negativa. Tiempo después esto se comprobaría
cuando se descubrió que el cortex cerebral libera impulsos eléctricos negativos
después de comenzar a reír.
Los beneficios de la
risa, además de pasar un buen rato, son: elimina el estrés, relaja las tensiones
acumuladas, combate el insomnio, fortalece el sistema inmunológico, mejora el
sistema cardiovascular, incrementa la producción de endorfinas, mejora la
motivación y la creatividad, relaja los músculos, oxigena los pulmones ya que
permite que ingrese el doble de aire, entre muchos otros beneficios.
Existen también centros
terapéuticos donde se aplica al risoterapia para personas que sufren de
depresión, ansiedad o simplemente que quieren alegrar un poco más sus días. El
primer paso es liberar las tensiones mediante técnicas que permitan llegar más
rápidamente a la carcajada, como por ejemplo ejercicios de expresión corporal,
juegos, danzas y ejercicios de respiración o masajes. De lo que se trata es de
estimular una risa natural, tal y como lo hacen los niños. Se dice que la risa
es tan sana que tan solo cinco minutos de carcajadas equivalen a 45 minutos de
ejercicios.
Como diría Patch Adams, " Aumentar la salud significa mejorar la calidad de vida, no sólo retrasar la muerte".
Fuente:http://mundosalud.portalmundos.com/
martes, 1 de enero de 2013
EL EMOCIONANTE JUEGO DE VIVIR.
Nuestro cerebro tiende a
recordar con mayor facilidad los acontecimientos negativos que los positivos, y
eso es algo lógico si tenemos en cuenta que su principal función es la de
preservarnos de todo aquello que nos pueda dañar a nivel físico y emocional y
así garantizar nuestra supervivencia. Pero hay que tener cuidado con el uso que
hacemos de esas experiencias negativas, ya que pueden condicionarnos tanto que nos impidan
avanzar y tener una vida plena. "SI"
a valorar lo vivido, pero "NO"
a crearnos esquemas fijos que nos hagan estimar situaciones parecidas como
iguales, porque nunca debemos de olvidar que es muy difícil por no decir
imposible que esos acontecimientos se
produzcan en las mismas circunstancias o condiciones, siempre hay algo que
marca la diferencia, sin ir más lejos, nosotros mismos, que a través del tiempo
también cambiamos. Esos "esquemas fijos", nos vuelven poco flexibles
y son los que nos hacen generalizar, nos hacen juzgar a personas con el mismo
rasero, no arriesgar en las relaciones, no empezar nuevos proyectos por
fracasos anteriores, tener miedo de amar, y en definitiva, autoprotegernos
tanto hasta el punto de no vivir.
Sin duda, la experiencia es
un grado, y un mecanismo de defensa que impide que nos vayamos dando golpes a
diestro y siniestro y nos ayuda a adaptarnos al entorno, pero no es menos
cierto que nuestra parte emocional también juega un papel fundamental en
nuestras decisiones, por lo que no debemos hacer oídos sordos y buscar un
equilibrio entre la razón y el corazón. Quien no arriesga en la vida no pierde,
pero jamás tendrá la oportunidad de ganar y vivir experiencias maravillosas.
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